TusTextos

Decisiones 18

Laura seguía dándole vueltas a la idea del suicidio. A veces se le daba por pensar que si tuviese la ocasión le pagaría a alguien para que la quitase de en medio. Pero este plan tenía varios problemas. El primero era el dinero. Sospechaba que para pagar a un asesino a sueldo se necesitaría bastante más dinero del que ella poseía. Y aún en el hipotético caso de que lograse reunir la suma deseada, ¿qué garantías tenía de que después de cobrar el delincuente la liquidase? Naturalmente habría que pagarle por adelantado puesto que los muertos no hacen frente a las deudas. Y ella nunca se fiaría de la palabra de un delincuente. Lo más normal sería que cobrase y se largase con el dinero. Otro de los problemas es que no sabría a quién acudir para ese trabajo. Cuando había goteras en el tejado se llamaba a un albañil, cuando se estropeaba el coche al mecánico, y si goteaba la cisterna del inodoro al fontanero. Pero, ¿en qué guía aparecían los teléfonos de los sicarios?
Si era sincera consigo misma, y siempre lo era, el principal problema estribaba en que aunque no tenía ganas de vivir, no sabía cómo morir. No le daba miedo la muerte, pero tenía pánico al dolor. Nunca lo había soportado. Y tenía la ligera sospecha de que morir debía de ser doloroso, aunque su madre decía a menudo que lo que verdaderamente duele es morir. Con semejantes frases escuchadas casi desde la cuna no le extrañaba nada que fuese tan escéptica y estuviese desengañada de la vida. Sus padres la habían educado de forma que viese la existencia propia como deber y sacrificio, nunca como un placer. Incluso ahora que era casi una anciana cuando se sentaba procuraba hacerlo recta y no apoyaba nunca la espalda, para no caer en la comodidad, lo cual llevaba inmediatamente y por un corto camino a la indolencia y la decrepitud. Con el tiempo había conseguido erradicar alguna de las ideas imbuidas por sus padres, pero no todas. Había disfrutado del placer sexual aprendiendo a no tener remordimientos cuando se iba a la cama con algún hombre que le agradaba, pero no se le escondía que en gran parte lo hacía porque había en su sangre algo de cazadora. Le gustaba sentir el poder del depredador cuando da la primera dentellada a su víctima. La culpa era, indudablemente, de ese imbécil de Jaime, el primero chico al que había amado y que la había engañado vilmente cuando ambos eran estudiantes. Si en aquel momento en que era tan joven y por tanto vulnerable se hubiese topado con un buen chico que la amase y se ocupase de ella, probablemente su vida hubiese transcurrido de otra manera.
Tampoco se había permitido nunca disfrutar demasiado de la comida. Le gustaba cocinar pero tenía una relación malsana con la alimentación y a menudo se castigaba con dietas espartanas o alimentos poco apetecibles. No sabía muy bien por qué motivo lo hacía, pero cuando no estaba bien de ánimo era incapaz de comer de manera racional.
Cuando era más joven no había podido viajar mucho debido a que no tenía tiempo o andaba escasa de dinero. Ahora tenía lo suficiente para hacer algún viaje corto y el tiempo le sobraba; pero no tenía ganas ni curiosidad. No quería viajar sola para no sentirse todavía más apartada del mundo. En alguna ocasión había visto anuncios de cruceros para patéticos, aunque los vendiesen en las agencias de viajes como “cruceros de singles”. Menuda estupidez. La gente pensaba que con ponerle a algo un nombre en inglés ya se convertía en una cosa atractiva. Seguía siendo una mierda, pero en inglés. ¿A quién le puede interesar embarcarse en una aventura de ese tipo con un montón de viejos achacosos y con la próstata hecha picadillo y viejas con reumatismo intentando menear las caderas al ritmo de rumbas y merengues. Prefería tomarse un frasco entero de cianuro o meter la cabeza en el wáter.
Beth28 de septiembre de 2015

1 Recomendaciones

11 Comentarios

  • Avelibre

    Mi querida Beth,

    he pasado sólo un segundo para dejarte un beso y decirte que me pondré al día con Laura tan pronto como pueda.
    De tanto rogarte por nuevas entregas, ahora tendré que separar (con mucho placer) un día completo para tus letras.

    No dejes de escribir amiga, creeme que me encanta leerte.

    Un fuerte abrazo y hasta cuando el trabajo me lo permita.

    Caro

    29/09/15 04:09

  • Beth

    Buenos días Caro. Escribo todos los días, excepto causa de fuerza mayor. Lo necesito para estar bien y hay incluso momentos en que Laura me obliga a que le de voz.

    Cuando puedas, sabes que aquí estaremos esperándote y dándote las gracias. Besos muchos

    29/09/15 09:09

  • Sandor

    Beth, aye noche la leí, pero mis dedos se negaron a escribir nada. Estoy reñido con los lunes desde que tengo memoria.
    En esta entrega, queda marcada, si no lo estaba ya bastante, el carácter de Laura, que no se atempera y sigue su búsqueda...
    Besos
    Carlos

    29/09/15 02:09

  • Voltereta

    El relato sigue se curso, pero me detengo sobre todo en los sicarios y todavía más si cabe, en lo de los "cruceros singles", es evidente que tienes un humor muy ácido y la verdad es que me encanta.

    Cada vez me resulta más agradable leerte, pues la sonrisa, siempre está garantizada.

    Un saludo, Beth.

    29/09/15 08:09

  • Beth

    Muchas gracias por tu tiempo querido Carlos. Sabes que siempre valoro tu opinión. Besos

    29/09/15 08:09

  • Danae

    Laura tiene las ideas muy claras. Sigue en su línea de verdades mordaces.
    Encantada de leerte, cómo no.
    Un abrazo y un beso

    02/10/15 12:10

  • Beth

    Sus ideas...si las tiene claras. Y no le importa mucho lo que piensen los demás. UN gran abrazo y sabes que agradezco tu presencia

    02/10/15 09:10

  • Voltereta

    Me encanta que me ignores, es señal de que en el fondo me ves muy cercano, en realidad, Laura tiene mucho más de ti, de lo que tú piensas

    Un saludo, Beth.

    02/10/15 11:10

  • Beth

    Lo siento. Acabo de leer tu comentario anterior sobre los sicarios. Te juro que no lo había visto, a veces entro de prisa y leo...como leo. No, no te ignoro, ni a ti ni a nadie. Pero a los que considero cercanos,y es verdad que para mi lo eres, menos. Puede que haya algo de Laura en mi, no lo sé. El humor,tal vez. Yo soy muy caústica, casi casi como la sosa.

    Un cariñoso saludo que espero que sirva de desagravio porque de verdad no vi tu comentario anterior

    03/10/15 08:10

  • Avelibre

    ¡Cómo me he reído!
    Ni sé Beth de dónde puedes sacar tanta creatividad.

    Esas comparaciones de Laura son maravillosas y, para qué engañarnos, tan reales... .

    Sigo al siguientes.
    Caro

    04/10/15 07:10

  • Beth

    Pues...la verdad es que la mayoría de las cosas que le hago decir a Laura, no todas, las comparto al cien por cien. Supongo que cosas que a mi misma no me permito decir...las dice ella. Muchas muchas gracias por leer. Besos muchos

    04/10/15 08:10

Más de Beth

Chat