Pero da igual lo que haga, porque nunca existirá nada lo suficientemente sorprendente como para que la gente vea la fuerza que se ha exigido.
Nadie verá nunca reflejado en ello el valor que ha tenido, jamás conocerán el dolor que ha soportado por conseguirlo, ni como le temblaban las manos por el nerviosismo que cruzaba sus dedos.
Nadie sabrá los años que se han tambaleado por su frente, en la que ahora tan solo se reconocen las arrugas de tantas guerras
No tendrán en cuenta las veces en las que se ha quedado sin habla, por las críticas de aquellos que no la conocían, y que la han juzgado con burla y sin un rasgo de piedad.
¿Y que había de los que la miraban a la cara, no hablaban, tan solo miraban? Que sabrán ellos, que sabrá ella
¿Que había hecho? Quizás someterse al remordimiento e intentar huir del mundo había sido suficiente para el rechazo evidente.
Cambiar la propensión de la realidad, la había hecho una extraña entre caras conocidas. Porque al final, ella siempre pensaba, que toda la gente era igual en todo tipo de causas
Nadie sería inteligente para darse cuenta, de que aquello nunca cambiaría, y de que ella tan solo había intentado interponerse entre la mundana obligación, siendo vulgar quizás, pero al menos sin dañarse.
Ella había querido cambiar la apariencia de todo aquello que ya estaba acostumbrado a sorprender en su vista, pretendía que la gente no dijera siempre lo mismo, que nadie pensara continuamente lo mismo, que nadie fuera igual a lo de antaño
Aquella sería una penitencia de por vida, por haber injuriado al mundo, de una forma inverosímil
Seas hombre o seas mujer, tu forma de escribir es apasionante, resulta interesante leerte y luego volverte a leer. Es evidente que tu escritura se bifurca en infinidad de caminos y eso se me hace sumamente sugestivo.
Un saludo.