No pido un beso falso, ni un "te quiero" que no salga del corazón. No.
Tendré que aprender a conformarme con una amistad.
Será difícil seguir viendo como hasta ahora cómo tonteas y flirteas con ellas.
De alguna forma aguantaré.
No sé cómo ni cuándo, pero lo haré.
Porque ya no puedo seguir escuchando miles de veces la misma canción, aquella que por una casualidad estábamos escuchando los 2 y que tanto te gusta; no puedo seguir leyendo y guardando tus mensajes, ni seguir esperando que la ventana del chat del messenger se abra cada tarde. No puedo.
No puedo seguir escribiendo tu nombre cientos de veces y después romper en pedazos el papel. No. No es justo.
Sé que me quieres mucho, que te preocupas y me ayudas... Sé que me valoras. Pero ambos sabemos que eso nunca será suficiente. Al menos para mí.
Porque ya no sé si podré aguantar estar a cinco centímetros de tu boca y no poder besarte. No podré frenar mis enormes ansias de abrazarte cuando nos encontremos por casualidad. No. Ya no podré.
Sé que te he dicho muchísimas veces que te alejaras, que no es bueno que hablemos, que no es lo adecuado. Sé que te he puesto miles de excusas, que me he inventado muchas historias para cubrir lo que de verdad pasa; que sigo enamorada.
No puedo mirarte a los ojos durante más de tres segundos seguidos sin apartar la mirada o enrojecer. No puedo pedirte que te alejes, porque a los dos segundos de hacerlo me arrepiento, y vuelvo de rodillas pidiéndote perdón. Así tantas veces que ya he perdido la cuenta. Y no te lo mereces.
Tengo miedo que la cuerda de la que estoy tirando tanto ceda y se rompa, y tú te canses y te alejes realmente de mí.
Y es que no sé si te lo he dicho, pero un día sin verte o sin hacerte sonreír es un día perdido para mí.
Mañana es un día especial para mí.
¿Y sabes qué?
Si tuviera que pedir un deseo sería que tú me dedicaras toda tu atención durante un rato, aunque solamente fueran diez minutos. Sería suficiente para que mi día fuera perfecto.
Sé que no será así. Que no aparecerás en la puerta con un ramo de flores, o con una rosa, pidiéndome lo que yo te pedí a ti tantas veces.
Tendré que conformarme con una sonrisa de compromiso por tu parte, mirar tus ojos, y pensar en que "QUERER" no es "PODER".
