...y Todo Vuelva a Girar
Este es el último escrito que te dedico, mi despedida real.
Gracias por haber sido mi musa durante cuatro años, por haber hecho que me enamorara realmente por vez primera, por secar muchas de mis lágrimas y por sacarme mil sonrisas.
¿Sabes? Si tuviera que describirte me quedaría en blanco. Eres tan sumamente especial... pareces de otro mundo. No puedes ser real.
Tienes esos ojos claros preciosos, esa sonrisa tímida y canalla a la vez que relucen bajo ese pelo cortísimo y claro.
Eres muy alto... sí. A pesar de que cuando nos conocimos éramos más o menos iguales creciste mucho durante los años posteriores.
Se me han pasado volando estos años a tu lado.
Desde aquel 14 de septiembre de 2008 en qué nos conocimos, nada en mi mundo volvió a ser lo mismo.
Fui tan feliz en esos días en los que empezó a nacer algo más que amistad en ti... fui tan dichosa durante aquellos días en los que estábamos tan cerca... Por eso no entiendo qué fue lo que me empujó a cometer el error que cometí y que me alejó de forma definitiva de ti. Han pasado meses desde entonces y sigo sin entenderlo.
Y me odio por haber hecho lo que hice.
Sé que te dañé y comprendo que no dieras el brazo a torcer cada una de las veces que quise reparar todo el daño. Lo entiendo. Y por eso dejé de intentar arreglarlo.
Me di cuenta que eres un ser humano con sentimientos propios, que te duele hablar conmigo y que no puedo obligarte a hacer algo que no quieres, que te daña, que odias...que te molesta.
Tú tomaste tu decisión basándote en unos motivos muy sólidos y yo acepté que todo se acabó. Que no hay "perdóname" que pueda sanar tus heridas o hacer que la confianza que tenías en mí vuelva a crecer.
Simplemente nuestro amor murió antes de ser consumado, y yo asumo la culpa.
Así que te digo "adiós" y me limito a ver cómo te alejas y sigues con tu camino, y yo a seguir con el mío.
No puedo más que desearte toda la suerte del mundo y rogarle al destino que, en algún momento, en algún lugar, reúna nuestros caminos para que puedas perdonarme, y podamos hablar tomando un café en alguna terraza de alguna ciudad. Sí, y decirte que logré ser feliz después de esto, y que me digas que encontraste a tu mitad con la que pasar las noches en el sofá viendo películas...
Y todo vuelva a girar.
