Le prendí fuego. Mi compañero (a falta de un término mejor) me respondió con la rapidez del que está acostumbrado a ello. No soy un vicioso, pero no pude dejar de conversar con él; la charla echaba humo, neblina post-industrial que me rodeaba y me escondía del miedo.
No sé cuantos golpes encajé. Tal vez una docena, cual obscenas campanadas de fin de año, pero tras el último, caí derrotado. Mi compañero se durmió bajo gotas de agua mientras me miraba, con unos mirada fría, vacía. Le observé, pequeño pero poderoso, como un Israel venenoso, y le dije:
-Ésta será la última vez.
-No te lo crees ni tú- respondió, riéndose, carcajadas de un cilindro de nicotina.
Ignorando su sarcasmo de político, le dejé caer entre restos de cochambre y ahí se quedó, mientras yo intentaba dormir recordando sus palabras.
Una parte de mí, enemigo a las puertas, le daba la razón. Después de todo, ¿no era el tabaco un estilo de vida, una rebelión contra un mundo en el que hay tantas cosas por rebelarse, un símbolo obrero en una época en la que cada hombre era una pieza de una gigantesca factoría destinada a expulsar sangre, sudor y humo?
Y entonces lo entendí. Los placeres, a largo plazo, pueden ser tal vez sustituidos por los menesteres diarios, pero no por ello son mejores. Ni necesarios. Mi compañero, pese a su simpatía, era un asesino. Un adictivo Ted Bundy, camaleónico ladrón de pulmones, dinero y fibra moral.

No pretendo atacar a los incautos que en sus garras se encuentran. Solo dar de lado, como me han hecho a mí tantas veces, a un compañero de armas al que ya no quiero seguir el juego. No quiero volverlo a ver, únicamente limitarme a gritar, a distancia, las dos palabras más bonitas que un capitalista puede usar en su lengua: "Estás despedido".

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1 Comentarios

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  Serge

  Luko:
  "Y entonces lo entendí. Los placeres, a largo plazo, pueden ser tal vez sustituidos por los menesteres diarios, pero no por ello son mejores. Ni necesarios. Mi compañero, pese a su simpatía, era un asesino. Un adictivo Ted Bundy, camaleónico ladrón de pulmones, dinero y fibra moral".
  
  De verdad es un asesino y de eso me consta.
  
  Un gusto leerte.
  
  Serge.
  

  17/11/11 07:11