Querer No es Poder. es
Esperar. es Aceptar.
Quiero volver a enamorarme. Aunque sé que con aquella locura jamás volverá. Porque camino con los pies atados a columnas de plomo que me obligan a frenar cuando las cadenas ya han caminado lo suficiente. Y es eso un freno. Un miedo. Un miedo que te frena. Porque no quieres sufrir de nuevo. Quiero enamorarme otra vez, sentir ese cosquilleo al mirarte los ojos y ese pensar de que jamás nos soltaremos. Quiero sentirte. Quiero respirarte y compartir tus agonías inundando las mías. Quiero oler tu nuca, o besarte sudado, porque eres tú, y todo me da igual mientras seas tú.
Quiero un vaso de leche caliente a mitad noche, quiero una película los domingos entrelazados. Quiero sorprenderte en el trabajo. Y besarte sin más. Quiero olerte y decirte lo guapo que vas. Quiero volverme a enamorar y sentirme protegida. Segura. Tranquila. Quiero tus manos perfectas toquiteando mi pelo. Quiero robarte la sábana. Quiero compartirlo todo, todo y todo. Quiero escuchar tus problemas. Quiero oírte reír. Quiero ver como escondes alguna gamberrada. Quiero quedarme despierta hasta que llegues, no por desconfianza, si no por dormirme abrazada.
Quiero ese hombro en el que llorar que sabe que una pizza es la mejor solución a los problemas. Quiero que te rías cuando cometas cualquier locura. Quiero acompañarte en ella. Quiero que me ocultes mis regalos, y que me sorprendas como el que más. Quiero que metas la pata. Quiero que tu cabezonería no la cure ni yo. Quiero aceptar tus caprichos porque mi capricho es tenerte.
Quiero que me apoyes en lo bueno y en lo malo. Quiero escaparme contigo sin importar dónde. Ni el por qué. Quiero que me despiertes con las maletas listas para volar. Quiero que me sorprendas un día de estos para yo sorprenderte todos los días de mi vida.
Y todo eso, todo eso, es jodidamente difícil de encontrar.
Pero no te lloro, ya no. Tan solo el recuerdo vaga en forma de nostalgia.
No te lloro, pues tu ya ríes con alguien que no soy yo.
