La tendencia suicida del ser humano los llevó a cruzar caminos demasiado temprano, con lo que llamaron dios y diablo, para bajarle el ego a esos arrogantes animales que se creen un milagro.
-Me presento, soy su tan amoroso dios que perdonó hasta en los últimos momentos a ustedes simios.
Al instante millones gritaron ¡amén! A la par que adoraban rebosantes de alegría porque era verás lo que predicaban, se ven demasiados contentos por tan reveladoras palabras, la afirmación que llamó la atención de todas las almas. Satánicos eufóricos recibían a la bestia mientras religiosos clamaban a dios para que los librara de su abominable presencia.
¡Cállense de una vez maldita sea! Acaso no ven la tendencia absurda de sus ideas, ensucian mi nombre con sus ridículos sacrificios tanto como los que creen que soy el culpable de sus suplicios.
¡No escuchen a satán solo trata de confundirlos, la biblia dice que nos engañará incluso en el día del juicio.! Aclamaban curas, pastores y todo líder convencido al tiempo que pecadores agobiados rezaban para revocar su prometido castigo.
-Como les prometí todo quien crea en mí será salvo, pero antes de ir a lo que llaman edén les diré algo a pesar que sé la reacción de mi misera creación, dejare que su libre albedrío los haga dignos de mi benevolente perdón.
