Todo giraba en torno a la noche; la oscuridad, el silencio, el sonido del viento que se escuchaba con mayor claridad, los pensamientos que nublaban mi visión y mis horas de sueño, mi imaginación que aumentaba al escuchar risotadas en algún rincón del pueblo. Lamentos de cualquier loco divagando por las calles precedidas de diversión, drogas y alcohol; conversaciones pendientes y algún momento íntimo de alguna pareja saboreando los minutos intensos en el que el amor aflora, solo minutos, ni siquiera horas...