visiones del infierno (de uno de los ridículos sistemas de creencias de los humanos)
el pueblo ignorante se abalanza sobre la fruta transgénica.
los hombres exhiben sus repugnantes panzas hinchadas sobre el cinturón.
la perra contratada reparte folletos en color en papel satinado a todo infeliz que entra a la estación de metro, aunque vaya con bolsas en las manos. al pueblo bruto le agrada recibir cosas, lo que sea. los miran de dos vueltas y los abandonan al costado de la escalera mecánica, árboles y vida silvestre asesinados para matar el interés de un segundo, mezclados con químicos contaminantes para producir el papelucho satinado colorinche y sumados ahora a la pila gigante de polución. el mensaje: compre su departamento en el centro. viva en una caja sintética alejada de la tierra, enclaustrado entre otras cajas, con la menor luz natural posible, junto con ciento cincuenta cerdos donde antes vivían seis.
cuando veo a una de esas infelices inmundas preñadas quiero tomar un punzón y enterrárselo en la hinchazón.
a ellas, después de varios meses de tratarlas con guantes y darles el asiento en todas partes, cuando llega el momento les dicen "súbase ahí” sin siquiera darles las buenas las tardes y les encajan un aparato en la zorra sin decirles agua va. o las rajan por anticipado para extraer la cría porque el médico y sus bolas tienen que descansar fuera de la ciudad durante el fin de semana.
