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Eiengemu - Satsu (capítulo 1)

Os voy a contar la historia de Satsu, un chico de veintidós años, pero nada normal.

Antes que nada tenéis que saber que este joven no vive en un mundo normal, ni mucho menos, olvidad el mundo que conocéis hasta ahora, debéis imaginar un mundo alternativo al vuestro, puede que con pasado similar, pero un presente mucho más avanzado en tecnología. Las escaleras en el mundo de Satsu son un mero invento del pasado, se continuaban usando en construcciones antiguas, pero ahora se usaba mucho más los ascensores aéreos, aunque terminas mucho más despeinado. Es un mundo repleto de gente entusiasta y emprendedora donde las novedades tecnológicas están a la orden del día, un mundo con miles de ciudades barnizadas de metal, miles de reservas naturales y una paz que quizá no dure tanto como sus habitantes piensan. Este mundo se llama Kinzoku.

Como un día cualquiera, Satsu se despertó en su cuarto con los suaves tintineos cerebrales que emite su ningen, un denominado accesorio humano en Kinzoku que todo habitante tiene implantado en su muñeca desde que nace y se va remodelando y agrandando hasta que el recién nacido llega a la edad adulta; A primera vista, el ningen no es más que un aparato con una pantalla rectangular de unos quince centímetros que emite una luz de forma vertical donde el portador puede distinguir un menú táctil que sólo él puede tocar y está puesto como si se tratase de un reloj, pero con sus raíces electrónicas dentro del brazo. El ningen tiene una gran variedad de funciones como dar la hora, hacer llamadas a otros ningen, enviar mensajes, mostrar mapas, despertador, calcular datos sobre el portador como tipo sanguíneo, latidos por segundo, nivel de colesterol y un largo etcétera que me llevaría más de veinte páginas que rellenar.

Tras desconectar la alarma del ningen, Satsu se levantó de la cama, hizo unos estiramientos, se vistió una camiseta negra y unos pantalones tejanos y se calzó las botas. Abrió la puerta de su cuarto y bajó unas escaleras que daban al salón de la casa, donde estaba la mesa puesta con un buen desayuno y la televisión enchufada en el canal de noticias.
- ¿Hola? ¿Akari? ¿Ya estás despierta?
- ¡Sí! ¡Estoy aquí en la cocina!- Oyó gritar tras la columna de la cocina americana.

Satsu dio dos pasos a la derecha para poder ver el interior de toda la cocina, donde encontró a una chica muy joven y algo bajita de tez blanca y media melena oscura vistiendo un delantal encima del pijama, su hermana pequeña.
- ¿Otra vez con esa antigualla de mamá?
- ¿Y tu otra vez te olvidas de peinarte? Anda, ves al baño a arreglarte y siéntate a desayunar que tienes que ir a la universidad.- Le contestó ella mientras metía un plato con dos rodajas de pan de molde y un huevo entero en una máquina y cerraba una puerta metálica.
- Hablas como ella... incluso tienes sus gestos.
- Lo sé, papá dice siempre lo mismo, tú hablas igual que él.- Concluyó mientras sacaba el plato de la máquina con dos tostadas y un huevo frito recién hechos.

Satsu dio media vuelta y se metió en el baño, se miró en el espejo unos segundos, se lavó los dientes con una pequeña máquina que parecía soltar agua a presión y se peinó la melena con un peine que giraba sobre si mismo e iba desenredando el pelo con unas pequeñas patitas viscosas. El joven pensó en como su padre le decía siempre que se cortara el pelo y su madre le decía que le dejara tenerlo como quisiera, que estaría guapo igual. Su padre ya no era el mismo desde hacía alrededor de diez años, ya no se quejó más de la melena.

El chico salió del baño a los cinco minutos y se encaminó hacia el comedor. Allí ya estaba Shinjin, el hermano más pequeño, sentado en la mesa con su habitual camiseta de Eiengemu; un videojuego de ningen que se basa en combates virtuales con personajes modelados de forma automática dependiendo del portador del ningen y se manejan con las reacciones nerviosas del cerebro en estado de trance, mientras el portador abandona el mundo real y se representa en una especie de mundo virtual. La gracia de este juego según los más jóvenes, es luchar con tus amigos y sus personajes de Eiengemu, que son más débiles o fuertes dependiendo en gran parte de los combates que haya hecho y la experiencia de combate que hayan acumulado haciendo luchas. En la camiseta de Shinjin no salia más que la imagen de Jaku, se suponía que era el jugador más poderoso de todo Eiengemu.

Satsu se sentó en la mesa frente a su hermano menor y empezó a comer una de las tostadas que su hermana había preparado mientras charlaba con Shinjin. No pasaron más de tres minutos antes de que Raion, su padre, bajara vestido con una de sus camisas a rayas y unos pantalones negros agarrados con cinturón de cuero antiguo. Se sentó en el sofá tras coger una taza de café de la mesa y se quedó mirando las noticias tras sus gafas.
- Has vuelto a traer una de esas camisetas de Eiengemu de la empresa, por lo que veo.
- Si, esas camisetas le gustan a tu hermano, qué mas da.- Contestó Raion sin apartar la mirada del televisor.

El joven continuó desayunando mientras miraba como su hermana terminaba de cocinar y se sentaba a la mesa con él y Shinjin.
- Mierda...- Escuchó susurrar a su padre, lo que inevitablemente hizo que mirara al televisor.
- ...segunda persona muerta. Las pruebas según los investigadores entrelazan la muerte de Futatabi con la de la primera víctima, Hajimete, a la empresa Raka Corp, creadora de multitud de videojuegos para ningen, con el mundialmente famoso Eiengemu, muchos de sus seguidores piensan que...- Escuchó que narraba la presentadora del telediario.
- Papá... ¿Qué significa eso? Ha nombrado tu empresa en...
- Lo sé, es todo un malentendido hijo, no te preocupes.- Le contestó rápidamente su padre, mientras se ponía en pie.
- ¿A dónde vas?
- Tengo que ir a la central rápido, os veo esta tarde antes de cenar.- Dijo mientras dejaba la taza en la mesa y cogía su abrigo.- Hijo, lleva a tu hermano a la escuela, ¿Quieres?- Terminó de decir antes de abrir la puerta y salir.

Satsu se quedó mirando a Akari y Shinjin.
- No te preocupes, ya le llevo yo.- Le dijo su hermana, sabiendo que Satsu tenía que ir más lejos y no le iba bien dejar a su hermano en la escuela.
- Gracias, Akari.
- ¿Por qué crees que papá se ha ido tan rápido?- Le preguntó ella después.
- Para solucionar eso que han dicho en las noticias, supongo, ya lo has oído, es todo un malentendido. No logro entender porque piensan que la empresa de papá y mamá está implicada en todo eso de las muertes.
- Los dos casos fueron mientras jugaban a Eiengemu...- Dijo ella, haciendo notar la evidencia.
- ¿Y qué? ¿Acaso crees que un videojuego puede llegar a matar? Que ridiculez.- Replicó Satsu, dando por terminada la conversación.
- ¡Satsu! ¡Vamos a jugar!- Gritó Shinjin con la boca llena de desayuno masticado.

Satsu era uno de los mejores jugadores de Eiengemu según las clasificaciones mundiales que podían consultarse a través del ningen, aunque esas estadísticas se basan únicamente en el poder base que tenía cada perfil de jugador, no en la habilidad de cada uno; es decir, alguien que esté mucho más abajo en la clasificación puede ganar a alguien mucho mejor si usa una buena estrategia y maneja bien sus habilidades, ya que para cada jugador son distintas, dependiendo de muchos factores referentes al portador de ningen. Pero todo eso era parte del pasado, Satsu pensaba que ya era mayor para jugar a eso, a pesar de que jugaba gente de todas las edades, aunque la verdadera razón es que cada vez que jugaba recordaba a su madre. Pero al fin y al cabo, no podía negarse a jugar con su hermano pequeño a Eiengemu; Shinjin era un recién nacido cuando su madre falleció y ahora estaba orgulloso del juego que sus padres habían creado.
- Está bien, pequeñajo, vamos a ver si has mejorado.- Le contestó Satsu a su hermano finalmente tras pensar unos segundos.

Shinjin sonrió feliz, ya que jugar con su hermano mayor le enorgullece aún más sabiendo que era uno de los mejores de toda la ciudad de Robba, donde ellos vivían y todos sus amigos de clase, que también conocían la habilidad de Satsu para las luchas virtuales. El chico terminó de tragar el desayuno y levantó su brazo del ningen.
- ¡Eiengemu Satsu!- Gritó emocionado, el ningen emitió la típica luz blanca en vertical y de golpe se puso de color naranja. Satsu imitó el movimiento de su hermano levantando el brazo del ningen.
- Eiengemu Shinjin.- Dijo tranquilamente, y la luz blanca de su ningen también se volvió naranja. Alrededor de los dos hermanos, casi tocando su ropa y pelo, pero sin llegar a hacerlo por apenas medio centímetro, surgió una especie de barrera naranja y ambos cerraron los ojos.

Akari sonrió y acarició el brazo de Satsu, sin llegar a hacerlo por la barrera, que impedía que cualquier cosa tocara el cuerpo del jugador.
Viento25 de agosto de 2015

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