Aquí sentaíta, callaíta en un rincón.
Dejé de sentir, dejé de ser,
volví a nacer para,
en el mismo tiempo,
aparecer.
Miraba una rosa
que en el pelo llevaba.
De aquel 4 de Agosto...
¿Dónde te escondiste?
que mis ojos no te vieron.
Esperando sentadita en el banco
dónde un día te encontré.
Tantos recuerdos
como silencios
va haciendo el tiempo.
Y en la vigilia se perdían los sueños
con el canto del gallo
tras otra noche muerta.
Cuando amanecía ya estaba pensando en tí,
aprendiendo a vivir,
a buscar el aire
que me falta para respirar.
Y en esta vida todos los días me parecen iguales, me parecen los mismos...
Que el aire que a mi me falta
se escapa por las esquinas,
por donde se van mis ilusiones
cuando solo me dices mentiras.
Que me vas quitando los pocos sueños
que me quedan.
Hoy las palabras se arrastran por el suelo
y yo ando de puntillas
para no despertar la voz
que no tengo.
Esperaré a que el tiempo
me de el tiempo
de olvidar.
¿Por qué no te puedo yo ni mirar?
Y yo iba a tu lado,
tan pequeñita,
Y cada vez más pequeñita...

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2 Comentarios

• 

  Elframoso

  me encanta el preludio… genial…
  como todo…
  

  15/10/09 04:10

• 

  Voltereta

  Te sentirás pequeñita, pero sinceramente tu poesía es grande y esta es la mejor prueba de ello, es una preciosidad de emociones impresas en un papel que vuela al viento del otoño, que sufre en sus propios sentimientos abandono y soledad, sintiendose abandonado en un campo de amapolas, ante sus propios miedos.
  
  Me ha encantado de verdad, me lo llevo.
  
  Un saludo Violeta.

  15/10/09 09:10