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La Nube Roja.



Después de haber capturado un jugoso botín, todo era alegría sobre el "Ariete de Oro" la nave pirata más temida de los siete mares, bajo sus negras velas contaba en su tripulación con más de setenta feroces rufianes, todos ellos comandados por el capitán Goran Glasgow.

—¿Cuál es nuestro siguiente destino, capitán?— pregunto Rico, piloto del "Ariete de Oro" al capitán Glasgow después de haber asaltado varios barcos comerciales durante las últimas dos semanas.

—La nave está sobrecargada, debemos guardar nuestro botín y volver cuanto antes a alta mar, hay que aprovechar la temporada de viajes.— el capitán miró a su tripulación que se embriagaba con ron y celebraba las obscenas cantidades de oro y plata que rebosaban las bodegas de la nave. —¡Caballeros! Este día se han portado como verdaderos monstruos del mar.— los marineros rieron y se miraron entre sí, mientras su capitán les hablaba. —Sé muy bien que quieren ir a tortuga a embriagarse, fumar opio y coseguir putas para su diversión...—

—¡Sí! ¡Putas!— gritaron al unísono los marineros.

—Pues ese día, tendrá que esperar.— dijo Glasgow ante la sorpresa de sus subordinados —Hay allá afuera cientos de barcos rebosantes de oro, bebida y mujeres, ¿Quieren que otros bastardos se roben esos tesoros mientras ustedes vomitan en alguna sucia taberna?— los marineros parecían confundidos —En este momento nos dirigimos a "Bahía de la Estrella", ahí guardaremos todos los tesoros obtenidos hasta ahora y regresaremos por más.—

—¡Pero queremos embriagarnos ahora!— gritó un marinero.

—Les prometo, ebrios asquerosos, que al final de la jornada tendrán tanto oro como para comprar a la reina como puta.— la respuesta del capitán Glasgow fue muy bien recibida por la tripulación y rápidamente la nave se dirigió a "Bahía de la Estrella" para almacenar el enorme botín, vaciar las arcas e ir por más riquezas aún en manos de sus dueños.

Después de un rato de navegación, a lo lejos pudo distinguirse "Bahía de la Estrella", uno de los sitios predilectos de Glasgow para ocultar sus tesoros mientras estaba en alta mar debido a que era un sitio desierto y casi sin explorar, por lo que resultaba un excelente sitio para resguardar todas las riquezas robadas, sin embargo, algo parecía no marchar del todo bien.

—Capitán, mire eso.— dijo Rico señalando hacia el cielo, una misteriosa nube roja se posaba sobre su destino. —Parece que los dioses sangran sobre "Bahía de la Estrella".—

Glasgow meditó un instantes y dijo —El dios del mar es el único que rige a los piratas, sigue navegando, que nosotros no conocemos el miedo.—

La "Ariete de Oro" continuó su trayecto hacia "Bahía de la Estrella", cada vez que se acercaban la extraña nube roja parecía tener mayor intensidad, la luz que pasaba a través de aquella nube hacía parecer que el mar estaba hecho de sangre. Al desembarcar en la bahía, la tripulación estaba ciertamente asustada al verse todos bañados de aquel extraño color rojo, pero eso no sería nada comparado a lo que encontrarían ahí.

—¿Qué significa esto?— preguntó Rico al ver unas cuantas tiendas colocadas sin orden al fondo de la bahía, parecía un campamento pero, este era distinto, las tiendas eran mucho más rudimentarias y había lanzas por todos lados en lugar de estandartes, los caballos no estaba cubiertos con los escudos de ningún gobierno y, hasta donde ellos estaban, el olor a mierda y sudor era penetrante.

—¡Nos han robado!— gritó uno de los tripulantes.

—¡Guarda silencio, imbécil!— ordenó el capitán Glasgow, pero era muy tarde. Una flecha en llamas fue lanzada hacia arriba a modo de señal, rápidamente el pequeño campamento misterioso empezó a mostrar movimiento y cerca de cuarenta hombres cubiertos con extrañas armaduras de metal comenzaron a agruparse.

—Capitán, ¿Qué hacemos?— preguntó Rico, lleno de miedo.

Glasgow miró a sus hombres iluminados en color rojo por la luz que pasaba por la nube, levantó su espada y dijo —Lo que hacemos siempre, ¡Pelear, robar y matar!—

—¡Sí!— fue la respuesta de sus hombres y, de inmediato, corrieron hacia donde estaba el campamento, antes que los extraños hombres pudieran acomodarse.

Los misteriosos guerreros portaban un grande y pesado escudo que les restaba mucha movilidad, sin embargo, sus armaduras, que reflejaban el color rojo de la nube, cubrían de manera eficiente las partes más sensibles de su cuerpo, por lo que resultaba muy difícil para los piratas poder hacer el suficiente daño.

—¡Maten a los caballos!— ordenó Glasgow —¡Derriben a los putos arqueros!— seguía dando órdenes al mismo tiempo que le cortaba el cuello a algunos de los rivales, pero se quedó sin palabras al ver como un enorme guerrero, colocado en lo más lejano del calor de la batalla, arrojaba una grande y pesada lanza que atravesaría el cuello de Rico. —"Jamás había visto algo como eso."— pensó el capitán.

Era un combate de poder, ferocidad vs. orden, destreza vs. disciplina, pasión vs. inteligencia, muchos murieron en aquella extraña, singular y épica batalla, tanto marineros ebrios de la "Ariete de Oro" como guerreros rudos y fuertes que gritaban —¡Per Mars!— en una extraña lengua antes de caer con furia sobre sus enemigos. Gracias a la mayoría, a la poca pólvora que tenían y a la resistencia a las heridas que provocaba el alcohol en la sangre de los piratas, pudieron aniquilar a todos y cada uno de aquellos misteriosos guerreros.

—Saqueen, busquen todo lo que haya de valor en las tiendas y tráiganlo.— ordenó Glasgow a sus veintitantos sobrevivientes de la batalla. —Si encuentran a uno vivo mátenlo y apresúrense, que aún debemos desembarcar el botín.— sus hombres obedecieron las órdenes de su capitán mientras este se dirigía de regreso a la "Ariete de Oro" acompañado de dos marineros, pero lo que observó fue aún peor.

—Capitán...— dijo uno de sus acompañantes, pero ni siquiera pudo terminar la frase.

Más de sesenta enormes galeras se encontraban flotando cerca de la costa, la "Ariete de Oro" había sido quemada y estaba terminando de hundirse, cientos y cientos de guerreros, caballos y artefactos de madera, similares a las catapultas, empezaron a desembarcar de aquellas enormes naves. —Estamos jodidos.— dijo Glasgow.

Cuando todo parecía terminado, la extraña nube roja empezó a brillar de una manera cegadora, como si emitiera su propia luz, el capitán Glasgow y sus hombres se cubrieron los ojos y un agudo e insoportable sonido se escuchó en toda la bahía, los piratas se tiraron al piso presas de la desesperación y la tortura, hasta que el sonido desapareció. Al abrir los ojos, Glasgow se dio cuenta que la nube roja ya no estaba, en la costa se podían ver flotar los últimos restos de la "Ariete de Oro" y, detrás de él, la tripulación entera, tanto vivos como muertos después de la batalla, pero ni un sólo rastro del misterioso campamento o de los cadáveres rivales.

—¿Qué ha sucedido, capitán?— preguntó otro marinero.

Glasgow estaba tan confundido como sus hombres, así que sólo atinó a responder —Parece que... los dioses juegan con nosotros.—

CUENTILÓPOLIS

Aeron13 de junio de 2012

6 Comentarios

  • Aeron

    Un poco de fantasía y locura, espero les agrade esto que salió de lo más recóndito de mi mente.

    ¡Saludos!

    13/06/12 11:06

  • Katerina

    jajajajajaja, Es perfecto, tu mente está llena de cosas que quiera conocer :) gracias por seguir publicando, La nube roja fue algo diferente a lo que me tenias acostumbrada, Joder tio que saliste de tus propios estándares.

    Excelente y locochon relato, en hora buena saludos amigo.

    13/06/12 11:06

  • Beth

    Ainssssss, me has trasladado a mi infancia, cuando leía con unos de mis primos La isla del Tesoro, y los comics del Capitán Trueno. Más, por favor

    13/06/12 12:06

  • Lambedxirroguen

    Aeron un gran trabajo , un excelente relato, con todos los elementos necesarios, y la temática bueno debe reconocerme fanático de este tema pero no solo a nivel de literatura si no también histórico, pero me tomare el atrevimiento de darte dos consejos espero no ser inoportuno , el primero es solo un detalle , pero en la parte :
    Al desembarcar en la bahía, la tripulación estaba ciertamente asustada al verse todos bañados de aquel extraño color rojo,
    "pero eso no sería nada comparado a lo que encontrarían ahí"(esta ultima parte le quita algo de vigor al texto por que de manera explicita adelanta algo que es sencillo igual percibir, pues tienes un buen hilo conductor y sabes plegar muy bien el desenlace)
    y el segundo pequeño detalle seria el del lenguaje por momentos al escuchar expresiones mas contemporáneas o terminologías no acorde al periodo que describes desencaje una lectura mas apegada, encontrar las expresiones mas comunes de la época como el lenguaje propio es cosa de leer un poco y seguro que tu lograrías con facilidad aquello, en fin perdón por alargarme tanto , pero fue un relato que realmente me dejo pasar un buen rato, espero no te moleste las recomendaciones y no queda mas que decir, que espero leer mas aventuras del destruido ariete de oro y su capitán , saludos.

    13/06/12 05:06

  • Nereael

    "Les prometo, ebrios asquerosos, que al final de la jornada tendrán tanto oro como para comprar a la reina como puta." Jaja, qué crack el capitán Glasglow. Me encantan los dialógos de los mandamases de tus relatos, Aeron, son genuinos.
    Un abrazo

    13/06/12 06:06

  • Aeron

    Agradezco sobremanera sus comentarios y consejos, amigos míos.

    Katerina: Gracias, si que fue algo distinto pero que bueno que te gustó, con eso de que eres un poco exigente jeje ¡Saludos amiga!

    Ponce: Igual yo, me agradan las historias de piratas, que bien que te gustó, muchas gracias.

    Beth: Enhorabuena que te haya gustado, y mejor aún que te haya traído recuerdos, un día de estos escribiré algo más (:

    Lambedxirroguen: Caen de perlas tus consejos, si bien soy fan de los piratas, creo que sólo desde el punto de vista comercial, me declaro culpable por mi carencia de conocimientos históricos, pero pondré más atención, muchas gracias.

    Nereael: Se supone que era el capitán, debía animar a su tripulación jaja gracias por el comentario.

    ¡Gracias a todos, amigos!

    (:

    14/06/12 05:06

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