TusTextos

La Real Orden de Las Perdularias 22

El fin de semana pasó pronto y el lunes a primera hora nos despedimos en el aeropuerto, con lágrimas por mi parte y promesas de la suya de que nos veríamos de nuevo muy pronto. Durante el vuelo permanecí con los ojos cerrados, para que la última imagen de Alexander permaneciese en mi retina el mayor tiempo posible.
Al día siguiente teníamos reunión; esta vez nos tocaba en casa de Laura y cada una se llevó su labor. Yo había decidido hacer una bufanda para Alexander, y elegí una suave lana de color azul. Fui de las últimas en llegar porque salí algo más tarde del trabajo. Me alegré de que no estuviesen ni Luisa Fernanda ni su prima, la horrenda Anastasia. Sabía que las chicas me someterían al tercer grado y no me apetecía que la pacata de Luisa Fernanda me condenase a las llamas del infierno, pero menos aún que su prima entrase en una de las parcelas más privadas de mi vida.
Ni tiempo me dieron a quitarme el abrigo y sentarme. Laura me puso delante una taza de café, me empujó al sofá y unas cuantas caras curiosas se pusieron a mi alrededor, empezando todas ellas a hablar a la vez. Cerré los ojos al maremágnum que me rodeaba y por fin Leo dio una palmada autoritaria y todas se callaron a la vez, como una bandada de gorriones asustados.
-A ver, ya nos estás contando todo con pelos y señales, que por tu culpa lo hemos pasado fatal este fin de semana. Al final, se cumplió lo que yo decía, estoy segura. Porque ni con grúa, ¿no?
La frené en seco antes de que dijese más barbaridades.
-No me vengas con más sandeces de impotencias. Una siesta de siete horas me atestigua que la supuesta impotencia solo existía en tu mal intencionado y calenturienta imaginación.
-Por Dios, siete horas de siesta-balbuceó Leticia, siempre en la Inopia. ¿Tanto sueño tenía ese pobre hombre atrasado?
Ese comentario en boca de cualquier otra hubiese tenido tintes de recochineo puro y duro, pero lo lamentable es que esta pobre inocente lo decía en serio. Las demás se miraron las unas a las otras con resignación y paciencia.
Laura trajo más café de la cocina y mientras cada una iba sacando su labor, me siguieron lanzando dardos envenenados y tirándome de la lengua.
-Pero a ver, ¿te ha gustado? ¿O más bien te ha decepcionado?-quiso saber Sara Patricia adoptando un tono muy profesional, aunque a mi no me engañaba; era tan cotilla como todas las demás.
-Pues si, me ha gustado y mucho. No entraré en detalles, pero si puedo deciros que no sabía yo que hubiese hombres así todavía.
-¿Así como?-me preguntó Leo inclinándose hacia delante, como un romano en el circo, para ver mejor la sangre.
-Pues como él…tan cariñosos, tan…no sé…Creo que ya había perdido la costumbre de que alguien me diese a entender que soy lo mejor que le ha pasado.
Me detuve, temiendo parecer demasiado engreída. Pero al fin y al cabo, ellas me habían preguntado.
-Y además, me ha hecho sentir alguien especial. Y lo mejor es que me he reído mucho con él. Es divertido, me gusta estar a su lado y compartir cosas.
Leo me miró entornando los ojos y achicándolos luego, como para mirar en mi interior.
-A ver si te ha dado algo. ¿Te has fijado que no te pusiese nada en el café?
-Hay hombres estupendos ahí afuera, Leo-exploté, ya cansada de sus dudas. Que tu marido fuese un cabrón maltratador no quiere decir que todos lo sean. No puedes seguir toda la vida con ese odio dentro; al final acabará envenenándote y desde luego, nunca serás feliz si no cambias y te vuelves más confiada.
-Ya confié una vez y así me ha ido-me contestó ella gritando, con los brazos en jarras y echando fuego por los ojos.
-Pues yo me niego a ser como tú-le espeté.
-¿Cómo?
-Una amargada resentida.
Y una vez que hube pronunciado esas tres palabras, daría lo que fuese por ser capaz de recogerlas; pero así como es imposible volver a un vaso el agua que de él se derrama, también lo es retirar las palabras cuando ya han sido pronunciadas. Se puede pedir perdón, pero el mal está hecho. Todavía no había acabado de decirlas y ya estaba tapándome la boca con las dos manos y derramando lágrimas inútiles. Leo me miró durante un minuto apenas y vi tanto dolor en su mirada, y sobre todo, tanta decepción, que me dejé caer en el sofá como si fuese un cuerpo vacío de alma y de corazón.
-Estarás contenta-me escupió Sara Patricia, echándose a correr tras ella.
No contesté nada. ¿Qué podía decir? Las demás se quedaron todas calladas y en el mismo sitio que ocupaban, sin decir nada, pero mirándome fijamente, como acusándome de lo que yo ya me había acusado: egoísmo, maldad, ganas de hacer daño…Solo Claudia, la pequeña Claudia vino a sentarse a mi lado y me cogió las manos entre las suyas, quizá para darles calor. Me noté, de repente, entumecida, vieja, sin fuerzas. ¿Qué clase de persona era? Todas se fueron marchando, cada una con un pretexto distinto. Claudia estaba todavía a mi lado, y de repente dio un salto en el sofá cuando sonó un mensaje en su móvil. Por su cara me di cuenta de que era de Nuria.
-Vete-la urgí. No la hagas esperar. Mañana hablaremos y cuando te parezca bien, me la presentas.
-¿Estarás bien?
-Claro que si-la tranquilicé. Me hacía gracia y a la vez me daba una ternura enorme su preocupación. Vete, venga ya, pesada.
La empujé para que se levantase del sofá y ella se marchó con una sonrisa. Nos quedamos solas Laura y yo. Empezó a ahuecar los almohadones y de espaldas a mi habló por primera vez después del incidente.
-Me siento sola esta noche. ¿Por qué no te quedas a cenar y a dormir?
-No he traído nada.
-Vaya por Dios. Aquí hay siempre un cepillo de dientes sin usar para imprevistos, aunque no se por qué demonios acabas usándolo tú y no un maromo de buen ver…Y creo que usamos las mismas cremas, así que podrás desmaquillarte y darte los potingues nocturnos y mañaneros.
-Pero…
-Nada de peros. No será la primera vez que te pones unas bragas mías ni un pijama. Deja de poner excusas. Tú necesitas contarme con pelos y señales tus siete horas de siesta para que yo me ponga verde de envidia y yo necesito hablarte de Mateo.
-¿Mateo?
-El chico que conocí en la consulta de Sara Patricia.
-Ah, ya, el tarado.
-Ahora entiendo por qué vas por el mundo haciendo amigos. Pon la mesa antes de que te pegue una leche que te deje pegada a la pared. Juro que debí matarte aquel día que te tiré una piedra. Lástima que siempre haya tenido mala puntería.
Beth13 de mayo de 2012

27 Comentarios

  • Davidlg

    ay ay ay! que no es para tanto,a mí me han dicho peor... y lo peor es que todo era verdad. Sí lo vemos desde un punto de vista crudo, pero sincero; lo que duele es el orgullo herido y saber que uno es muy ciego y testarudo para no querer ver. Ya se le tendrá que pasar y si no peor para ella, porque si uno no aprende de los errores; ¿entonces de que se puede aprender? Aunque lo de ir haciendo amigos también es cierto, los demás pueden estar mal, pero quien nos puso el letrero de guía de todas las almas perdidas... a ver que nos cuentas luego del tal mateo!

    Querida amiga! cuando vi el num. de capitulo, me quede pensando cómo fue que llegamos al 22 tan rápido. Me parece que apenas te conocí ayer y que llegué a esta página antier.

    Un saludo y un beso!

    13/05/12 01:05

  • Creatividad

    Eres una maravilla descifrando la vida. Me encanta esa relacion que tienen las perdularias aunque cada una tiene su vida,pero se conocen tanto y son amigas. Muy buen capitulo otra vez. Un saludo.

    13/05/12 01:05

  • Cadencia

    más de autocensura qué bueno, no siente el bello manejo del teclado, claro por las décadas

    13/05/12 02:05

  • Buitrago

    Jeje bueno, bueno jeje
    Besos

    Antonio

    13/05/12 09:05

  • Beth

    Querido David, el tiempo en realidad no existe, ¿Cuánto es un mes, o dos o quince? es la intensidad lo importante

    13/05/12 09:05

  • Beth

    Supongo, Creatividad, que esas son las verdaderas amigas, las que se pueden decir las cosas a la cara y enfadarse en el momento pero luego no pasa nada. Besos

    13/05/12 09:05

  • Beth

    Cadencia, yo le rogaría, aunque por supuesto es usted libre de hacer lo que le venga en gana, que no pierda el tiempo comentando mis textos. Cuando uno escribe públicamente tiene que aceptar no solo elogios sino también críticas, y yo desde luego las acepto. No soy Cervantes, no escribo bien y no lo hago con ningún fin especial, salvo el de disfrutar yo misma y hablar con algunas personas a las que considero ya amigos. Si usted crítica errores que haya cometido (que serán tropecientos, seguro) o me dice que he cometido faltas de ortografía o que mi sintaxis es mala, yo lo aceptaré e incluso le agradeceré las críticas. Pero como al parecer lo único que pasa es que yo no le caigo demasiado bien y le resulto antipática, lo cual desde luego entiendo, soy bastante cargante, le sugiero que no me lea, que no es obligatorio. Y desde luego, déjeme en paz. Las décadas...puede ser, el día de San Juan si Dios no lo remedia cumpliré 48 tacos, así que cuente usted las décadas. Pero como la otra opción no es agradable, estoy encantada con mi edad. Desconozco la suya, pero me imagino que será usted joven. Pues hija mía o hijo mío, que no se su sexo ni me importa, cuando llegue a mi provecta edad, la veo muy amargada, porque ya ahora se le nota un cierto resentimiento con la gente en general. Póngase buenas cremas, hágame caso, que la amargura hace salir muchas arrugas.

    Con Dios, y haga el favor de no perder más su tiempo conmigo. A partir de ahora, por supuesto, obviaré sus comentarios

    13/05/12 09:05

  • Beth

    Buenos días Antonio. Celebro verte por aquí en esta mañana de domingo. Un abrazo

    13/05/12 09:05

  • Asun

    Beth me pasa a mi como a David, ya vamos por los 22? pues a mi no se por donde se me han pasado. Uy parece que hablo de los años, que tampoco se por donde ni cuando se me han pasado. Y eso que esta semana tengo la sensación de que me han caido de golpe varias décadas, de esas de las que presumes tu.
    Porque eres una presumida, que lo sepas, anda que no te gusta decir tu edad...
    bueno lo que mas me ha gustado de esta entrega han sido las 7 horitas de siesta, ¡como dice la otra, cuanto sueño!!!!!!!
    Besos Beth y feliz y caluroso domingo.

    13/05/12 12:05

  • Beth

    Hija mía, es que no tengo nada más de lo que presumir, porque ni soy rica, ni lista, ni guapa, ni ejecutiva de éxito, ni ná de ná. Así que presumo de estar casi casi en la cincuentena. Y ojo, que voy a presumir de mis años cada día más, porque buen trabajo que me ha costado llegar aquí.

    Las siete horas de siesta...es que el sueño hace estragos en la mente, y cuando te da, hay que dormir, o al menos tomar las disposiciones para tal fin. Ya luego lo que se haga, es otra cosa. Aunque algo soso le veo yo al alemán, no se, no se...

    Besos

    13/05/12 12:05

  • Asun

    Yo como buena hija de mi padre, soy mucho de refranes, y hay uno que dice dime de que presumes y te diré de que careces. Por eso tu presumes de no ser rica, ni guapa, ni lista, y no se cuantas cosas mas, pero por eso mismo eres todo lo contrario, tienes el mayor de los éxitos, el de triunfar como persona, y aqui lo demuestras varias veces al día con tus poemas y escritos.
    Besitos.

    13/05/12 12:05

  • Asun

    Yo como buena hija de mi padre, soy mucho de refranes, y hay uno que dice dime de que presumes y te diré de que careces. Por eso tu presumes de no ser rica, ni guapa, ni lista, y no se cuantas cosas mas, pero por eso mismo eres todo lo contrario, tienes el mayor de los éxitos, el de triunfar como persona, y aqui lo demuestras varias veces al día con tus poemas y escritos.
    Besitos.

    13/05/12 12:05

  • Asun

    Ala y no te quejes, que se me ha colado repetido. Lo sientooooooo

    13/05/12 12:05

  • Lumino

    Hay tanto aquí que leer que me perdí el 21. Llevo con este escrito abierto toda la mañana, pero estoy en casa de zafarrancho "Invierno pasa de golpe a verano" ropas calzado, guarda ropa, tira lo que no te has puesto, limpia armarios, ¿esto cuando coño me lo compre y porqué? Un traje de neopreno que nunca me he puesto...etc. Pero luego me pondré. He visto los comentarios y diría que esto de leerse los unos a los otros es voluntario. Yo encuentro aquí infinidad de textos de personas adolescentes que en muchos casos son la mismísima repetida historia, pero nunca me meto a no ser de que sea para dar algún consejo o para valorar que me ha gustado la forma en como está escrito. Ya te comentaré. ...Que domingo más divertido , uff.

    13/05/12 12:05

  • Beth

    Asun, gracias, muchas gracias por tus palabras. Desde luego si algún día podemos vernos estás invitada a un vinito...un café, un pincho de tortilla, lo que tú quieras. Un enorme abrazo

    13/05/12 12:05

  • Davidlg

    Pues que de las historias que se encuentra uno en esta página, ya se podría estar haciendo más de un libro, pero eso le tocará a alguien más que tenga el tiempo y la paciencia porque a mí me faltaría mucho. Sobre las décadas; pues te digo, que a mí me gustaría llegar a las que tienes querida amiga, pero lo veo difícil con estos tiempos y más aún, que si me sigo descuidando no llego ni a los treinta jjajajaa. Pero el esfuerzo lo hago y bueno estamos aquí porque nos place y nos agrada, sino paqué...

    un beso y un abrazote!

    ahhh que yo las invito a comer en un lugarcito muy rico justo bajo las faldas de un enorme volcán (ya extinto) que tiene una vista preciosa!

    O)

    13/05/12 07:05

  • Beth

    Y yo acepto encantada la invitación. Por cierto, ¿no quedará cerca una especie de casa museo de Frida Khalo y su Diego? Es que me acabo de acordar de un documental que vi hace tiempo.

    Yo las décadas las llevo con mucho garbo, o al menos con el que puedo

    13/05/12 07:05

  • Davidlg

    Del lugar a donde las invito esta a una hora de camino, pero la compañía hace la diferencia, jejeje se nos puede hacer como 15 min. Yo las decadas las llevo muy gordo, pero ya baje 15 kilos jjajajaja es broma no estoy tan gorsdito

    Aquí hay un museo muy bonito de frida y diego, y esta ubicado en su misma casa o la que fue su casa. Uy! y ruinas y muesos por doquier! cuando se animen me propongo como guía!

    13/05/12 08:05

  • Cadencia

    Querida el mejor remedio para las arrugas es ser feliz y hacer bien al próximo. La esperaré con sus leit motit las gaviotas y las golondrinas. Y yo feliz como una lombriz le digo no represento mi edad porque realizo lo antes mencionado. Y saludos a su grupo que se "lanza" a escribir múltiples cuartillas que Uds. solamente leen. que les aproveche.

    13/05/12 08:05

  • Beth

    David, tú lo has querido. Tienes pendiente enseñarme ese museo.

    Bajar kilos, que no me entere yo que es con esa dieta Dukan de los demonios, que es malísima para la salud

    13/05/12 08:05

  • Beth

    Pues cuando acabes en tu casa, Lumino, te invito a la mía para que me cuentes por qué demonios tengo yo cinco o seis sombreros que nunca me pongo porque me quedan fatal y también por qué guardo ropa de cuando tenía veinte años. El caso es que no me atrevo a tirarla, por aquello de que las modas siempre acaban regresando.

    13/05/12 08:05

  • Davidlg

    No nada de eso, sólo ejercicio, y mucha voluntad: adiós cigarro, adiós frituras, adiós todos esos malos pensamientos que nos engordan y nos hacen tanto mal. No hay peor ciego que el que no quiere ver, y yo ya me vi en el espejo, además, si voy a predicar pues que sea con ejemplo; ya que si me paro frente a mis amigos y les digo que no hagan algo que les dañe a ellos mismos, porque no lo voy a dejar de hacer yo...

    Tú me entiendes...
    ;)

    13/05/12 08:05

  • Beth

    Si, a la perfección te entiendo, David

    13/05/12 09:05

  • Lumino

    Y he terminado y por fin he podido dedicarme un ratito. La historia marcha bien. Los improperios que recibes no los entiendo, por gratuitos e innecesarios. Y en cuanto a tus sombrero... no me digas nada que en mi casa habrá cientos de bolsos que no sé porqué mi mujer sigue guardando. No soy hombre de ponerme trajes, pero conservo dos con el corte más actual, que guardo por si algún día me lo tengo que poner. ¿Quién sabe? Un homenaje que me hagan, una entrega de premios en la que esté nominado, unas segundas nupcias (en ese caso y no quiero ser negro, me serviría también para el anterior divorcio o el funeral de mi mujer), en fin, que me estaba diciendo ella que esos trajes ocupan mucho espacio y que debería de pensar en regalarlos. He estado a punto de sacar un puestecillo a la calle y, como hacen en Estados Unidos ponerme a vender bolsos. Al final me he quedado con los trajes y ella ha aceptado desacerse de un bolso sin estrenar que nunca encontraba acomodo visual con lo que llevase puesto. Menudo dominguito de pipiriminguito. Mañana será otro día.

    13/05/12 09:05

  • Beth

    Si, tienes razón, deberíamos hacer mercadillos, como los americanos. Imagina lo masoquista que puedo ser que guardo mi traje de novia, a pesar de que la boda no resultó, aunque bueno, la cosa duró casi 29 años. Si yo fuese famosa, lo vendería, pero...quizá por nostalgia o masoquismo, he decidido seguir viéndolo en el armario. Encima es de lo más cursi, estilo Sissi emperatriz. Ains, me duele ser como soy, pero ya es tarde para cambiar.

    Tienes razón, como ya dijo la sabia Scarlett O´Hara, mañana será otro día

    13/05/12 10:05

  • Danae

    Con parones, y con retardo, pero aún así sigo con interés esta historia que desde el primer momento me ha enganchado.
    Ay, esas amigas, cada una a su manera, pero cómo se quieren y se zahieren, jajajaja
    Un beso, Beth.

    11/06/12 05:06

  • Beth

    Es una especie de toma y daca, ¿no? Lo que se suele dar entre gente que se quiere mucho y que por eso mismo también se dicen grandes verdades. Y claro, la verdad suele doler. Un beso

    11/06/12 05:06

Más de Beth

Chat