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t e q u i e r o

Las Letras de un Te Quiero

Hoy es un buen día para las letras del “Te quiero” que Olga está a punto de pronunciar. Desde la T hasta la o, todas lucen sus mejores galas, se han peinado y puesto bien guapas para el gran día. Murmullan nerviosas en la boca de Olga, y hacen, del ritmo acompasado de su corazón, su fiesta particular.
Fer se va acercando a Olga, la coge de las manos y ambos se sientan en un banco a la sombra.
Las letras del Te quiero se ponen en círculo y juntan sus manos en el centro, una sobre otra, expresando así su motivación (si, las letras del Te quiero tienen manos, para aferrarse, quizás, al corazón de la persona amada).
Pero a unos centímetros, Fer, también esconde algunas letras en su boca. Tristes letras, unas letras devastadoras que romperán el corazón de Olga en cuestión de segundos. Letras en negritas, por eso del luto. Y mirándola a los ojos:

-Lo dejo

Las letras del te quiero se quedan perplejas. Olga empieza a respirar angustiada, y todas se tambalean, algunas se tapan los oídos al oír el corazón de Olga romperse.
Olga entreabre los labios, y una brisa amarga entra a través de ellos, haciendo que algunas de las letras entornen los ojos, y se agarren a alguna parte para no caer.
El cerebro se asoma, y llama a escena a los signos de interrogación y a las letras de un por qué. Pero para cuando las cuerdas vocales se disponen a darles el impulso que les hiciera llegar al exterior, una fuerte cascada de lágrimas que Olga ha optado por reprimir, empieza a correr garganta abajo, y es de esa forma, como algunas de las letras han empezado a ahogarse sin llegar a conocer la luz del día. Olga quiere saber por qué, pero tiene un nudo de vocales y consonantes que posiblemente jamás llegue a pronunciar.

La T del Te quiero, encuentra un atajo, y las demás empiezan a seguirla (para eso es la mayor), llegando así a la cabeza de Olga. Al llegar se cruzan con “lo dejo”, pues a pesar de que Fer aun continúa hablando, son las únicas letras que aun reverberan en su mente. Las ocho letras caminan hasta toparse con un profundo abismo, el pozo final del que algunas letras ya han oído hablar. En el fondo existe una hélice que licua a todo el que caiga en él. Y sin un atisbo de piedad, “lo dejo” empuja al “Te quiero” al interior.
Es una muerte rápida, semejante a la velocidad con que son dichas, y contraria al efecto que puede llegar a provocar.
Finalmente, las letras del Te quiero se deslizan suavemente y con amargura, por las pálidas mejillas de Olga. Pereciendo así, sin haber sido pronunciadas.

Debenetash12 de abril de 2011

8 Comentarios

  • Ingryd

    Me encantó, Hermoso!

    12/04/11 05:04

  • Debenetash

    Gracias Ingrid

    12/04/11 12:04

  • Mary

    El aborto de un te quiero...
    Seis palabras armadas hasta los dientes que fusilan a ocho esperanzadas.

    Me meti de lleno en este cuento, como siempre colmado de originalidad
    y sabiendo captar lo oculto. Me encanto.

    Un besso!

    14/04/11 12:04

  • Debenetash

    Muxas gracias Mary, gracias por venir.

    14/04/11 09:04

  • Tfnmad

    Es curioso cómo de diferente podemos vivir un mismo momento... Grande la manera de expresarlo. Precioso :)

    17/04/11 10:04

  • Debenetash

    Muxisimas gracias TFNMAD

    17/04/11 11:04

  • Debenetash

    Muxisimas gracias TFNMAD

    17/04/11 11:04

  • Ladelaroja

    Dios, me encantan tus textos.

    20/11/11 08:11

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