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Grupo Omega - Parte 15/16

-¡no!, ¡vamos a hacer que esto funcione! ¡Las torretas van a estar listas! ¡Solo aguanta!
Blanco 97 empuño su rifle y apunto al tumulto de gente, que aumentaba. Comenzó a disparar munición letal. Muchos caían muertos, ensangrentando la nieve, pero los de atrás corrían hacia el pisoteando los caídos.
Detuvo el fuego, para pensar.
Saco su collar con los anillos, y los puso en la palma de su mano. Los observo en silencio.
-¡jefe! ¡Hazlo por tu familia! ¡has esperado por tanto tiempo y vas a fallar ahora!¡aguanta!
-Martina…
-escucho jefe…
Continuo mirando la cadena, los nombres de su esposa y el suyo, escritos en una delicada letra manuscrita, brillaban como oro en sus ojos lagrimiantes.
-¡jefe!
Sus labios helados se apretaron dentro de la máscara. Mientras su ritmo cardiaco, que en aumento hacia la sangre correr, ahora fría y lentamente recorrió hasta las puntas de sus dedos.
-¡están a cincuenta metros!
La vida pasa por los ojos. El monitor de su máscara mostraba que la información había sido descargada con éxito, pero este mensaje, en la vista nublosa del afligido, no era más que algo para ignorar en estos momentos. La tormenta se intensifico mucho más, y le dio tiempo.
-Martina… hay algo que tengo que decirte…
-¡jefe!
-Martina… cuida de Eva… sé que mi mujer murió a manos del Yakuza…
-¡no! ¡Voy a sacarte de ahí ahora mismo!
Recordó a su niña. Quizás no podría tener la oportunidad de verla crecer, ni de volver a verla. La sonrisa invaluable de su fallecida esposa se dibujo en la memoria, devolviendo el calor a sus venas cansadas.
-¿quieres hablar con ella?
Él lo pensó un instante, los atacantes estaban peligrosamente cerca. Al quitar la granada del cinturón y extraer el anillo de seguridad, mientras presionaba la palanca de seguridad, dijo.
-Hija… papá lamenta no haberte buscado antes. Lamenta haber gastado su tiempo tratando de hacerte un futuro mejor… cuando en realidad… tendría que haberte dado todo el tiempo de mi presente. Lamento no permitirme verte convertir en mujer, lamento que no podre ser el padre que merecías después de estos años.
Se escucharon nuevos disparos, comenzaron a caer al suelo los enemigos que avanzaban muy lenta y torpemente.
-¡algunas de las torretas están en funcionamiento! ¡Entra!
La cantidad se redujo bastante. Ahora el más cercano estaba a cincuenta metros, pero a costo de toda la munición de las tres torretas ocultas.
-¡entra!
El número aumentaba. La granada no estallaría tras tres segundos después de soltar la palanca. Su hija se puso al habla:
-¡papá!
-no merezco ahora mismo que me llames así… permite que te diga hija… a este pobre hombre solitario, cuyas razones desobedecen al sentido común, pero que responden a su propia lógica… perdona si falto el día de mañana, y perdona que falte el día de ayer…
-¡papá! ¡No seas un héroe! ¡Dispara!
-comprende mis motivos hija… no puedo verte la cara después de todo lo que paso. Si no tapo esta puerta van a entrar y a matar a todos. He vivido preguntándome cuales eran las razones que llevaban a alguien hasta este punto… al punto de dejar la vida… ahora las entiendo. Porque razón estoy decidido a morir, porque razón tengo que dejarte sola… muero para que vivas.
-¡van a escavar en la nieva caída y van a entrar!
-hija… solo les doy tiempo de restaurar las torretas en su totalidad… Puedes vivir conmigo en una tumba, pero jamás podría vivir en paz contigo en ese lugar, y más aun sabiendo que pude evitarlo… continua viviendo… es mi voluntad.
Se acerco un nuevo grupo de gente. El monitor desplego información nueva:
“detectada fuerza hostil reincidente: civiles”
Ahora, por algún extraño motivo, los insurrectos se aproximaban con intenciones poco bondadosas.
-se acercan, entra de una vez… ¡ahora!
Permaneció en silencio.
La cámara de seguridad de la puerta mostro al jefe sacándose su máscara, exponiendo su rostro a el viento frio.
Camino lentamente mientras la soltaba. Esta se introdujo en la capa de nieve, con los visores en la superficie. La muchedumbre se acercaba cargando sus rifles.
La filmación que Eva vio de su padre por última vez lo mostraba mirando a la cámara, levantando su brazo, y arrojando su granada al aire mientras era rodeado por los enemigos.
Sonrió a la cámara, con los ojos llenos de pesar, mientras caía la cadena que lanzo junto a la granada. Y en una explosión, la cámara mostro a una capa profunda de nieve cayendo encima de él.
Las últimas palabras que el micrófono de la máscara capto fueron: hija mía… te quiero.
Ambos monitores que recibían las imágenes se apagaron.
Eva y Martina veían las pantallas apagadas. Aun sin terminar de caer lo que acababa de ocurrir.
-¿Papá?
No hubo respuesta por parte del micrófono. Solo se oían pasos acercándose.
-reparación de torretas al noventa y cinco por ciento.
Ambas escucharon el mensaje del técnico. Los demás miembros de ISA llegaron, Dahlia y Miller vendados y ayudados por los dos restantes.
Eva comenzó a llorar, mientras Martina la abrazaba entristecida.
-primero mi madre y ahora mi padre…
Lloraba desconsolada, incapaz de aceptar su estado de huérfana. Al otro lado de la sala el mayor observaba atentamente, con seriedad.
La ayudante del jefe lo desprecio al notar su inamovilidad. Este camino hacia los cuatro restantes.
La voz del técnico exclamo por los altavoces:
-restauración al noventa y ocho por ciento.
El grupo de civiles tras la puerta escarbaba en la nieve.
Rojo y verde, los únicos en condiciones, se ubicaron en la sala de la puerta, esperando el momento.
El mayor recorrió la sala hablando con los ayudantes, que atendían a los heridos. El científico encargado de la criogenización llego corriendo, agitado.
-¡el ritmo cardiaco de blanco 97 es muy lento!
Eva al escuchar se soltó de Martina, y atenta a lo sucedido, escucho.
-¿Cómo dice?
-vera… existe la posibilidad de despertar al jefe… pero su estado vital está en estado de latente, como lo llamamos en el centro.
-¿puede despertarlo?
-pues, normalmente en el centro, comenzamos a investigar el efecto de las bajas temperaturas sobre plantas y animales pequeños. El resultado en tejido vegetal fue un éxito tras varios intentos fallidos, pero en el caso de seres de mayor tamaño, se observo…
-resume.
-si… vera, tenemos el proceso de des criogenización desarrollado por completo, solo hay que llevarlo a una escala mayor.
-¿pueden despertarlo o no?
-en estos momentos no es posible, pero estamos a solo cinco años de terminar de desarrollar para animales de tamaño similar al humano….
-¿cinco años?... ¡pueden hacerlo más rápido!
-no, el equipo de des criogenización ha sufrido muchos daños tras el asalto reciente, su reparación y mejora exigen ese mínimo de tiempo, además de las bajas de personal que hemos…
La puerta se abrió ruidosamente, y se escucharon tanto gritos como disparos.
-Torretas activas, moviendo a la sala de ingreso.
-rojo, verde, ya les va el apoyo mecánico, aguanten.
-¡mayor!… ¡no podemos contenerlos!…
En la sala de la puerta, ambos soldados vaciaban sus cartuchos. El display destellaba en cero, mientras el compañero comenzaba una ronda nueva.
-¿Cuántos cartuchos colorado?
-me quedan dos… ¿a ti?
-uno solo… un placer trabajar y morir junto a ti escocés.
La puerta junto a ellos se abrió y entro Dalia con su rifle, sosteniendo su brazo ensangrentado. Les brindo apoyo, repartiendo sus cargadores con los demás. Disparaban mientras caían los casquillos vacios.
-¿Qué le pasa a esta gente?
-nada raro. Son traidores que estuvieron implantados en cada asociación, y convencieron a los grupos de revolución de que nosotros éramos enemigos de su libertad.
-¿leíste el informe?
-si… la corona inglesa sabia todo desde el comienzo y puso fichas en el tablero. Era eso que el jefe hallo sobre el veneno en el agua… tenían espías y gente persuasiva dentro de los grupos que ayudábamos.
Se acabaron los cargadores. A l escoses le quedaba un solo cartucho, que estaba poniendo en su sitio. Miller entro rengueando con una bolsa con cartuchos extras.
-uno para mí y los otros para quien los necesite. Hagamos fuego por turnos.
Continuaron disparando, cuando se le termino el cargador a rojo, comenzó el cirujano su turno.
-¿Cuándo llegan las torretas?
-las torretas están en camino, agente de campo.
Ahora el alemán quedo sin munición. La mujer del grupo comenzó. Se comenzó a escuchar un sonido mecánico acercándose. Una ranura del suelo se abrió, pudo verse una plataforma subir lentamente.
-¡aquí están!
El turno del último, el rifle de su arma comenzaba a destellar. Y cuando comenzó a hacer gatilladas sin disparos, las torretas se ubicaron en su posición, una junto a la otra, en una fila frente a la puerta y la pared.
-¡vamos! ¡Tomen una!
Se posicionaron en fila apuntando a la puerta.
-¡fuego por turnos!
-muchachos, esas maquinas se sobrecalientan… la alimentación es continua, pero se trabaran si son sobre exigidas. Disparan dardos eléctricos, asique no se preocupen por más muertes.
Abrieron fuego. La cantidad tan grande de gente que ingresaba los hacía parecer infinitos.
-se ve que la corona no ha escatimado en esfuerzos para lograr convencer a tantos de sus mentiras.
-les lavan el cerebro a cambio de un partido de futbol, de ganar la copa mundial, de un barril de cerveza o de una mujer…
-es por ese tipo de cosas por lo que la humanidad no parece avanzar… no enseñarles a pensar a la gente, y premiar la estupidez, es el peor de los pecados que puede cometer un ser humano contra otro… y contra la humanidad… somos conscientes de las infinitas generaciones que sumidas en la ignorancia han perecido como sirvientes de un grupo de “alfas”… es la razón por la que el jefe podía permitir el asesinato de delincuentes, pero era incapaz de atacar a sus protegidos, a quienes padecen con la fuerza del brutal látigo que es la supuesta ley establecida
Mastera17714 de octubre de 2014

1 Comentarios

  • Mastera177

    Decimoquinta y penultima entrega de la narracion. estamos en final pleno, viendo como suceden las cosas.
    P72-76
    que lo disfruten. saludos, Master A-177

    14/10/14 03:10

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