Aún escuchaba las voces de Gallardo cuando caminaba por aquel oscuro pasillo. Días después, cuando
obligué a Alfonso a explicarme lo que allí había ocurrido, supe que mis días siguiendo su causa no
ha...
Alfonso Dorado tenía delante de él, por fin, al hombre que tanto odiaba. En una estancia de lujo
desmedido Ricardo Aguilar contemplaba el mundo con una mueca de desprecio en su cara. Sentado en su
but...
La visión que pudo presenciar el profesor después de una larga caminata hizo que su corazón se
detuviera. Una construcción enorme, de proporciones inverosímiles, contemplaba a sus pies una
destrucción...
-¿Quién haría algo así? preguntó el profesor, con un hilo de voz.
Gallardo negó con la cabeza.
-El hombre al que nos enfrentamos, Juan, es un hombre sin piedad. Su mundo no es el nuestro. Dentro
...
El coche avanzaba con rapidez hacia su destino. Conduciendo, ajeno a la conversación de los dos
hombres sentados atrás, se encontraba Dorado. En determinado momento, preguntó:
-¿Debemos parar a recog...
El profesor abrió los ojos repentinamente, como quien despierta de un sueño agitado después de un
mal día. Y podría considerarse así. Su visitante le miraba fijamente.
-Nos quedan diez minutos, Juan...
Bravo despertó. Había conseguido dormir, se había dado cuenta que para lograrlo solo necesitaba
encontrar a la persona adecuada.
Tras meses de trabajo continuo, juegos y todo el tinglado de la seducc...
Dorado conducía su coche a una velocidad de vértigo. Miraba constantemente al hombre que se sentaba
tras él.
-¿Cuánto queda, Alfonso?- preguntó Gallardo, devolviéndole una mirada cargada de impacienc...
Juan trabaja su jardín con mucho esmero, mostrando un excelente conocimiento de la botánica. Hace un
día agradable, no demasiado caluroso, con un cielo azul que invita al optimismo a cualquiera,
inclu...
Lucas Bravo descansaba. No hacía tanto tiempo que había dejado el ejército como para permitirse una
noche de profundo sueño, pero al menos no sentía ninguna inquietud.
Un par de días antes, había re...
Alfonso Dorado enciende un cigarro. No le gusta fumar, pero la situación lo requiere. Espera un
aviso de su superior. No tarda en llegar.
Frente a él, atado a una silla que bien podría ser el trono d...
El sol castigaba con su cruel indiferencia a cualquier criatura que osara caminar por aquel
desierto. Sus dunas, que el viento gustaba en modelar según sus caprichos, como los de un niño
recién nacido...
-¿Puedo sentarme?- preguntó el recién llegado.
-Por supuesto-respondió la mujer. No creí que iba a llegar tan pronto.
-Salí antes de lo previsto.
El camarero se acercó y tomó nota de la consumici...
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