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Las Cadenas que Nos Atan.

Trabajar, trabajar y más trabajar. En eso consiste nuestro día a día ¿no?

Tanto soñar con ser mayores y ¿ahora qué?, ya está, ya lo hemos conseguido.

Con 19 años ya tengo mi coche, mi trabajo y soy una persona independiente, así que muchos me dirán: "no te puedes quejar"
Perdonarme que os corrija,SÍ, sí me puedo quejar, porque para algo que aún es gratis, legal y no está privatizado, me voy a permitir el lujo de hacerlo.

Me levanto cada mañana para ir a trabajar, sé a que hora entro, pero no a la que salgo, porque tal y como están las cosas no me puedo permitir contradecir mucho a mi jefe. Sí, yo también he escuchado esa frase que dice "prefiero morir de pie a vivir de rodillas"y tiene su parte de razón, pero en mi realidad existen facturas que han de ser pagadas, comida, alquiler... Lo necesario para vivir.
Con un poco de suerte te da para ahorrar algo y ayudar a la familia, que como muchos en mi país, están en el paro. Efectivamente, España, ese gran país de corruptos y ladrones y a la vez llena de gente afable y de ciudades increíbles.
Que no todo se reduce a políticos que roban y la crisis, este país tiene muchas cosas buenas.
Pero bueno, no quiero desviarme del tema, no he venido a hablar de España.

Decía que hacemos milagros con nuestros sueldos, algunos no llegan ni a final de mes.
Levantarte cada mañana y tener que soportar a tu jefe, ese que te mira por encima del hombro como un ser superior, ese que debe tener la empatía guardada bajo llave.
Nunca es suficiente para ellos, incluso cuando dedicas parte de tu tiempo libre al trabajo te dirán que no has hecho suficiente, que tienes que dar más de ti. Te exprimirá hasta que no quede ni una sola gota de ilusión por tu trabajo.
Con una falsa sonrisa de "amigo" te comparará con tus compañeros, ¿intentando motivarte?, no querido "amigo", ese no es el camino.

Llegas quemado a tu casa y no desconectas, lo pagas con tu familia, tus seres queridos... ¿qué culpa tendrán ellos?

Recuerda que solo tienes esta vida, cumple con tu trabajo, por supuesto, pero una vez fuera desata esas cadenas que te atan, disfruta de los momentos que te hacen feliz, sal a tomar unas cervezas con los compañeros, cena romántica con tu pareja, juega con tus hijos... Porque el día que no estés sólo te llevarás los buenos recuerdos. Procura que sean muchos.
Tiedra10 de marzo de 2016

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