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(te Amaré Hasta) En la Muerte


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“Te amaré hasta en la muerte…” –Dijo y suspiró profundamente hasta verter el alma en el silencio sepulcral de su lecho marital.

Su piel tersa y níveamente perfecta le convidaba calor al cuero curtido y almidonado apostado a girones por encima de los huesos amarillentos de su amante, el cual parecía mirarle y sonreír complacido ante la belleza de su aún esposa, su compañera jurada en la vida y en la muerte. Y sí, en efecto, en vida su romance prosperó entre conjuras y postergaciones de su matrimonio, entre calumnias suscitadas por el hermano de él, el cual todavía tras darle muerte perjuró a gritos sobre su cadáver el quedarse con su lugar, tomar a su mujer y hacer con ella todo lo que en sus sueños más extravagantes urdía, siempre envuelto entre el aroma del ajenjo y las prostitutas de la buhardilla más empobrecida de la ciudad, aquellas visiones en las que hacía de todo, desde poseerla de manera violenta hasta desmembrar su cuerpo aun febril y bañado en sudor concupiscente, esas ensoñaciones en las que del deseo físico iba hasta el asesinato cruel, pues en el fondo las odiaba a todas porque no podía ser como ellas…, ellas; tan hermosas, tan cándidas, y él, tan poco femíneo, tan poco agraciado… ¡Cómo podría amarlas! —Pensaba y rechinaba los dientes.

Para cuando encontró a su marido cerca de los establos, éste ya tenía a una panda de ratas sobre él, devorando centímetro a centímetro, rasgando piel, músculos y órganos, provocando profusas hemorragias, desfigurando aquel rostro impávido de lo que alguna vez fue el mejor hombre que había conocido, el más amable, el más devoto que jamás hubiera imaginado.

Fue a ella a quien, según rumores, se le pudo ver esa noche merodeando el pobre tabuco del asesino de su cónyuge, y fue a ella misma a la que como afirmaron un par de borrachines de esos que vagan dando tumbos por las calles a deshoras, a quien se le vio saliendo de entre las llamas del cuartucho como ángel de la muerte, dejando atrás los lamentos y alaridos de aquel hombre que fue encontrado ya con la luz del sol, casi reducido a cenizas y con una afilada hoz clavada en la espalda, a la altura de la escápula izquierda, justo traspasando desde atrás hasta el corazón.Ω

Abyssos03 de mayo de 2016

9 Recomendaciones

7 Comentarios

  • Norma

    te comento nueva mente, ya que se borraron todos los comentarios.
    tienes un estilo que atrae aunque como dije antes, me da un poco de miedo
    pero lo leo porque es muy bueno lo que escribes.
    saludos. espero que estés muy bien.

    16/05/16 07:05

  • Polaris

    Al igual que que Norma vuelvo aquí, a tú sitio para apoyar tu texto lleno de significado.

    Abrazos viejo amigo.

    16/05/16 08:05

  • Polaris

    Pol.

    16/05/16 08:05

  • Roque2014

    Excelente narrativa, te felicito...comparto tu gusto por lo lúgubre y oscuro. Subí un cuento, y admirando tu trabajo (del cual claramente debo aprender muchísimo) me gustaría saber tu opinión de mi ensayo "BELLO AMANECER"
    Saludos!

    17/05/16 07:05

  • Beataignoranza

    Excelente... Me descolocó... Tienes un exorbitante abanico de recursos.

    Saludos.

    20/05/16 02:05

  • Abyssos

    Muchas gracias a todos, a los que ya habían comentado como Norma y regresaron, y a aquellos que comentan por primera vez. Polaris, camarada, gracias. Roque me leeré tu texto en breve. Beata... gracias por leer y comentar.

    21/05/16 01:05

  • Mejorana

    Abyssos qué alegría volver a leerte nuevamente. Tus relatos de muertos son escalofriantes y aterradores, pero muy buenos.
    Un abrazo.

    21/05/16 03:05

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