Micro Retratos
Te veo llegar como si nada, como si nunca hubiéramos sido. Y es verdad, en esta vida aún no fuimos.
En este bucle del tiempo donde aún no podemos coincidir, seguimos buscándonos.
Por alguna razón, el primero que llega lo recuerda, al otro, lo debe despertar un beso.
Espero.
Quizá lo recuerdes pronto.
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Con el auto roto, decidí correr en medio de esa feroz tormenta. Llegué a esa casa abandonada, tétrica, antigua y llena de recuerdos, todo cubierto de polvo y pudriéndose.
Era un intruso que se volvió curioso de lo que lo rodeaba.
Y abrí ese baúl.
Fotos de hace 70 años, con mi cara, mi nombre, una vida que era mi vida... Enloquecí, desmayé...
Desperté, confundido en esa casa recién estrenada.
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Éramos 7 personas en una habitación cualquiera, masticando preocupaciones y ansiedades esperando nuestro turno con el doctor.
Eran 6 con sus móviles naufragando en la red, y yo alejado de todo eso, procuré observar, aburrido, como intentando retratar historias. Allí estuve hasta encontrar la magia, pues dos se miraron, sonrieron, y el resto... Crónicas de un amor anunciado.
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Un barco llamado "Libertad" ancló frente a las costas de la isla "Pozo". Allí permaneció para admiración y preocupación de quienes (internamente) querían huir del lugar. Nadie bajó, nadie subió, el miedo les hizo imaginar mil historias sobre este intruso acuático que los tentaba a la incertidumbre.
Cuando desapareció, muchos creyeron que fue su última oportunidad.
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Josué soñó con el día y la hora de su muerte.
Antes de eso, se tomó un café con todos los que amaba y compartió con ellos lo que guardaba y nunca se animó a decir.
Rara vez salía a la calle, y lo hizo, a todos lo lugares posibles, por lo que entre chistes solían preguntarle" ¿Acaso estás muriendo?". Nada contestaba solo sonreía.
Murió con 5 minutos de tardanza.
Imposible no degustar una última taza humeante con la parca.
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