Todavía hay venas en mi cuerpo tuyas,
letras rojas en furiosa pluma atroz,
cuerpos en un mar demente y turbulento,
noches eternas en un orbe hechizado.
Labios idílicos de vuelo agónico de gozo,
miradas agotadas de luz y locos sueños,
la piel turbada y desojada al cielo lunar,
estupefactos, agotados, ya desvanecidos.
Almas en bosques de estrellas fugaces,
bajo lejanos suspiros fuera del tiempo,
muriendo en cada sueño que roza la piel,
perdidos en un beso inacabado y fatal.
A veces, mi alma deambula desnuda,
como un sediento moribundo en ti,
los dias y las noches abruman mis ojos,
en aquella mirada vacua de venas rotas.
