TusTextos

53 textos sobre Minicuento

El Mimo

Todas las tardes lo veía rodeado de gente, siempre en la alameda central, es increible y fascinante como atrapa la atención de los presentes, basta un gesto y estallan decenas de sonrisas. Es el mismo...
buben

La Vida

Ahi estaba, desafiante, cruel, con una fuerza capaz de derribar mil montañas, acabar con la voluntad de mil hombres, capaz de todo con tal de conseguir lo que quería, no le importaba humillar, lastima...
buben

Por Hacerme El Excéntrico

Por hacerme el excéntrico, por vestirme un hábito gracioso, a que me miren raro cuando lo cuento, me gusta charlar con los pacientes que deliran, guardarles la palabra enferma en mi collage de estampa...
abrahamsaucedocepeda

El Desierto

El desierto lleva al desierto, decían, tanta arena hay como hay tiempo. Que la piel de Dios es blanca y quema y envuelve su desnudez entera. No hay oriente que valga la pena, que el oriente también es...
abrahamsaucedocepeda

Sergio

De cuando en cuando ocurría que Sergio se enamoraba. Y alguna singular manía tuviera Dios contra sus cariños, que cuando más perdido estaba, en los ojos, en la gracia o en la sonrisa, la dama en cuest...
abrahamsaucedocepeda

La Calle Arena

Arena, entre Pilón y Monserga, colonia Las Primeras sector siete. A tu norte sueltan seis mariachis la voz. Es la serenata amorosa de un caballero pidiendo perdón a una niña que el quiere y que ha ofe...
abrahamsaucedocepeda

Edén

Precisas sentencias se combinaron, se permutaron y fueron obedecidas, alzó la mirada. Comprendía poco, acaso el hambre y la pereza que diestramente le diseñaron. Admiró la longitud de sus brazos, la f...
abrahamsaucedocepeda

El Cortado

EL CORTADO De chico soñaba con ser p...
gabrielfalconi

No Murió la Calavera

Va la calavera en su atuendo de hacer ejercicio por el departamento, con espasmos de visceral congoja y dolor en las piernas. Le puede la vieja, el jale, la cabeza, que sin permiso le sacaran del vien...
abrahamsaucedocepeda

Jupiter

Una última justificación y las horas finales llevarían sabor soberano de miel primitiva, nirvana desnudo, ansiedad religiosa. Una última disertación, dialéctica, dualidad semántica y el albedrío sería...
abrahamsaucedocepeda

Era Otro Orlando Andrade

A prisa comenzaría Orlando Andrade. Con rabiosa ligereza, la del inspirado, la del que ya sabe como hacer lo precisado. Trataría su obra de un país precioso, completo, de sus eternos bosques que se vu...
abrahamsaucedocepeda

El Idiota.

De la pistola surgió un aroma gris que representaba el fin de los tiempos, el apocalipsis, los jinetes. Se apoderó de la habitación el silencio y de mí tomó posesión el miedo. No necesité reflexionar ...
abrahamsaucedocepeda

La

Que te quiero nene. Si no te lo digo es por miedo. Llevo rato queriéndote. Y voy a extrañarte terriblemente. Tú aquí vas a estar, con ella, en el invierno, abrigándose los dos mutuamente. Yo allá, no ...
abrahamsaucedocepeda

El Viejo que Juntó Seis Perros y Trató de Hacerles Jugar a Las Cartas

Qué necias maneras tenía Don Sergio. Un escozor recalcitrante le cubría el cuerpo si el retrato de su vieja muerta no estaba chueco. Y chuscamente pisoteaba con rabia, en el punto donde figuraba más c...
abrahamsaucedocepeda

Mi Mano Derecha Se Llama Asunción Voltaire

Mi mano derecha se llama Asunción Voltaire. En el ramerío de venas, músculos, huesos y lineas de vida que me obligan a no dudar en decir, esto es una mano, mi mano, se codifica milagrosamente un alma ...
abrahamsaucedocepeda

Corrida Roja

Mientras “invierno” se decía en voz baja en las calles por temor del mismo que todo lo regía, en el bar nos quemaban la música, el alcohol y la baraja. Gente blanca que se divertía tirando la vida, pe...
abrahamsaucedocepeda

La Niña Chicharra

Va solita, porque solita queda en la pradera y en todo el universo, la chamaquita que otrora le llamaran altanera. Balbucea por ocio unas palabras que riman en su cabeza con lluvia y otras con mañana....
abrahamsaucedocepeda

La Naranja que Impacta

Las necias María Aurora y Leticia, profanaban el recinto de la abuela Doña Martha, con sus gritos mujeriles y niñadas. No cabía el mudo Sánchez en la discusión familiar, por mudo, ni le importaba. En ...
abrahamsaucedocepeda

La Alacena

No fue necesaria la cordura, ahí estaba de nuevo la alacena, inevitable, severa. Tantas veces que me había aterrado su maligna presencia, sus copitas, sus jarrones y sus platos. Precediendo a cada tra...
abrahamsaucedocepeda

Los Abuelos Vascos (minirelato)

A los abuelos vascos les encanta el juego de los pelotaris... porque les traen a sus memorias viejos pero siempre frescos recuerdos. Los abuelos vascos tienen misterios en las pupilas de sus miradas. ...
diesel

Sangre

Devastado, el brujo interrumpió la continuidad de su carne, detrás del brazo se abrió un dolor. Del templo de su cuerpo emanó templado el ruido rojo, quemando el miedo y desgastando cualquier otra sen...
abrahamsaucedocepeda

El último Hombre En Marte

El sol era otro entonces y el aire estaba infestado de fantasmas de fuego. Los químicos rojos del suelo le ponían desgarradoramente ansioso, salvaje. En todo el planeta el inventario era de incendios,...
abrahamsaucedocepeda

Y Luego Ya No

En el universo hay sitio para cada cosa, cada inteligencia y motivo. Pero no existía por ningún lado, lugar para este hombre. Que Dios no lo había dibujado. Que nunca fue algo más que eso, nada y meno...
abrahamsaucedocepeda

Biografía Inevitable de la Culpa

Primero fue la culpa un punto sin dimensiones entre mi cuello y mi hombro derecho. Pesada y risueña, la culpa anidó en mis venas y otras culpas nacieron por todo mi cuerpo. Se dieron un festín con mis...
abrahamsaucedocepeda

El Debate

Siento que careces de contundencia ideológica - explicó Brassi, retomando el tema que inició su amigo Brato, acerca de la exhaustiva persecución que éste hacía de la expresión artística pura por medio...
abrahamsaucedocepeda

Doña Esperanza

Por cada punto que se puede dibujar sobre una línea de cualquier longitud, Doña Esperanza daba lugar en su casa a un amigo felino. Tanta soledad cargaba la vieja, que se le doblaban hasta las matemáti...
abrahamsaucedocepeda

El Borde de la Tierra

No hubo mar que pudiera contener, la terrible decepción del genovés, que buscando unir el universo persiguiendo al sol, halló la perversa geometría horizontal del dios, que se cansó de crearla o por e...
abrahamsaucedocepeda

Et Circenses (reescrito)

Desde el centro de la tiniebla se alcanzan a ver solamente, las difusas barras que privan a los gladiadores de la paz onírica del olvidado afuera. Debajo batallan y se retan. Vispanio, de cara tupida ...
abrahamsaucedocepeda

La Vela

En el aire no flotaba nada, solo el fantasma que vomita el sueño cuando se indigesta de releer a Poe. Sobre la mesa, la vela exigía toda atención (que el fuego a la luz es otro mueble que sirve, pero ...
abrahamsaucedocepeda

La Fecha

Así, sin avisar, llegaron los fantasmas. Más rápidos que el rayo, lloviendo por los lados, de todas partes y zumbando. Le picaban a uno en el pecho y lo mataban, con otro se divertían picandole las pi...
abrahamsaucedocepeda
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